Piensa a qué se refiere la siguiente alegoría:
El día de la entrevista, estaban casi todos allí puntuales. Ella llegó unos minutos más tarde, por lo que la secretaria tuvo que abrir de nuevo la agenda para incluirla entre los aspirantes para el puesto de trabajo.
Cuando estaba ya todo preparado, empezaron las entrevistas. Uno a uno iban pasando y tras unas preguntas y la comprobación de los datos, se marchaban a casa con la esperanza de que los llamaran. Ya habían hecho muchas entrevistas de trabajo similares y tenían la esperanza de que ésta fuera la última.
A pesar de haber llegado tarde, ella no tuvo que esperar mucho porque su apellido empezaba por la "C" y se estaba siguiendo un estricto orden alfabético, algo que, lógicamente, incomodó a muchos que se habían preocupado de estar allí a tiempo. Sin embargo, siempre se había hecho así y ese día no fue una excepción. Ella había cogido una revista y estaba leyendo cuando la llamaron, por lo que, como estaba distraída, tuvieron que repetir su nombre, y a la tercera o cuarta vez, por fin levantó la cabeza y atropelladamente se dirigió al despacho de Recursos Humanos.
El Jefe de Personal la vio entrar y se fijó en algunos detalles que, a la postre, aunque ella no lo sabía, resultarían decisivos. El puesto al que optaba era de Atención al Público donde la presencia física era importante. Ella era guapa y elegante, había participado con éxito en varios certámenes de belleza, pero hubo un detalle que le llamó la atención a su entrevistador. Llevaba un chándal y unos tenis, y como supo más tarde, venía de entrenar en el gimnasio. Es verdad que, para la entrevista, no se especificaba acudir "adecuadamente" vestida, pero nunca está de más cuidar esos detalles.
Después de las presentaciones, el Jefe de Personal iba a empezar la entrevista cuando se vio interrumpido por una inesperada llamada telefónica que provenía del bolso de ella, quien, sin dudarlo, cogió el móvil y respondió con el "¿Sí? ¿Quién es?" La conversación no duró mucho, sólo lo necesario para saber que alguien la llamaba para avisarla de una fiesta ante la atónita mirada del entrevistador...
Los resultados no tardaron en publicarse y con ellos la cara de sorpresa que puso cuando supo que no había sido elegida para el puesto de trabajo. Además, quedaron hasta tres puestos sin cubrir, pero no la habían seleccionado. No lo entendía, ya que hablaba tres idiomas y estaba licenciada en Derecho Civil, y a pesar de eso no la habían escogido. No lo entendía, no sabía qué podría haber pasado, ni qué había hecho mal, tal y como le decía a su amiga en la fiesta a la que había sido invitada.